Hecha un vistazo a tu alrededor
- Luz Ena Pinto
- 6 oct 2018
- 1 Min. de lectura
La impetuosa e implacable belleza de la Creación es una ventana que ofrece un destello del Dios que nos creó.

Poder detenernos por un momento para mirar las flores y aprender de ellas, siempre sabremos que Dios las vestirá y cuidará del ser humano. De igual manera poder dirigir nuestra mirada al cielo para poder ver Su gloria y aprender que es una exposición abierta de su justicia (Sal. 97:6). Necesitamos abrir de par en par esa ventana y permitir que esa belleza indomada y sin límite despierte en nosotras una reverencia celestial; pues tiene mucho que revelar. Cuando abrimos nuestros ojos a la maravilla de la Creación, se despierta un anhelo por Dios; nuestro espíritu responderá a lo que vea. La Creación declara que hay más de lo que vemos y más de lo que oímos. Es increíble que nuestro Padre celestial designare la Creación para abrir nuestros ojos y a su vez nuestros corazones. Cada planta, animal, elemento y paisaje dice: “Levántate Mujer, y sé todo aquello para lo que fuiste creada”












































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